martes, 28 de febrero de 2012

Huellas en la arena...

Isaias 41:10 

Una noche en sueños, vi que con Jesús caminaba
junto a la orilla del mar, bajo una luna plateada.
Soñé que veía en los cielos, mi vida representada
en una serie de escenas, que en silencio contemplaba.

Dos pares de firmes huellas, en la arena iban quedando
mientras con Jesús andaba, como amigos conversando.
Miraba atento esas huellas, reflejadas en el cielo,
pero algo extraño observé, y sentí gran desconsuelo.
Observé que algunas veces, al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares, veía solo un par de ellas.

 Y observaba también yo, que aquel solo par de huellas
se advertían mayormente, en mis noches sin estrellas,
en las horas de mi vida, llenas de angustia y tristeza,.
cuando el alma necesita, más consuelo y fortaleza.

Pregunté triste a Jesús: Señor, ¿Tú no has prometido
que en mis horas de aflicción, siempre andarías conmigo?
Pero noto con tristeza, que en medio de mis querellas
cuando más siento el sufrir, veo solo un par de huellas.

 ¿Dónde están las otras dos, que indican tu compañía,
cundo la tormenta azota, sin piedad la vida mía?

Y Jesús me contestó, con ternura y comprensión:
Escucha bien hijo mío,, comprendo tu confusión
siempre te amé y te amaré, y en tus horas de dolor
siempre a tu lado estaré., para mostrarte mi amor.

Más si ves solo dos huellas, en la arena al caminar
y no ves las otras dos, que se debieran notar,
es que en tu hora afligida,, cuando flaquean tus pasos,
no hay huellas de tus pisadas..., porque te llevo en mis brazos.

martes, 21 de febrero de 2012

¿Hasta cuando esperaré?

Esperare en Ti...

¿Quién de nosotros no dijo esta expresión alguna vez: ¡Hasta cuando esperaré!?…
Esperar una respuesta, un llamado importante, una visita deseable, un trabajo urgente…
Esperar el amor de tu vida, una respuesta a tu oración, la sanidad en ti o en un ser querido…esperar el tiempo de Dios.

Tal vez, no sea fácil esperar cuando anhelas que algo suceda en tu vida y más aun si te encuentras con necesidad. Pero desde el momento que tu le entregaste a Dios tu oración, Él dio la orden para que se ejecute el cumplimiento de eso que deseas que suceda. Descansa en sus brazos confiando que El lo va hacer.
Dios nunca te visita tarde, Él se aparece en tu camino en el momento justo, correcto y propicio para que sea mostrada Su gloria a través de tu vida. Y para que esto suceda tienes que tener una actitud como la de David en el Salmos 38:15: “Porque en ti, oh Jehová, esperé yo: Tú responderás, Jehová Dios mío”.
Es la actitud que CONFIA y DESCANSA en Su Palabra. Es la Feque reclama los recursos de Dios. El quiere darte todo lo que brote de Su corazón, dice Su palabra: “‘Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes, declara el SEÑOR planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11).

Espera hasta que veas el cumplimiento de Su palabra en tu vida porque Dios lo va hacer.

Por Javier Paz Mendoza
Devocional Diario

martes, 14 de febrero de 2012

La fuerza del Amor

Juan 3:16

Un día en Filadelfia, el caballo de un carro asuntó y huyó. El dueño, corrió y se agarró de las riendas.
“Déjelo ir, déjelo ir”, gritaba la gente, temerosa por la vida del hombre, pero el no hacía caso. Cayó en tierra, fue arrastrado, se levantó y por fin, mal herido y deshecho, pudo detener al animal.
¿Por qué no lo soltaba? le decían, “Su vida vale más que ese miserable animal”. Al oír esto, contestó: “Miren adentro del carro, ¿ven ese niño? Es el único hijo que tenemos”. Entonces entendieron todos.

Este incidente es un débil reflejo del sacrificio inmenso de nuestro Salvador. Cuando estaba colgado en la cruz, la gente le denostaba diciendo: “Sálvate a tí mismo si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz”.

El Señor no prestó oído al desafío, no descendió de la cruz, pues había un mundo perdido que salvar. Me amó y se entregó a sí mismo por mí.


Tomado de El Sembrador, Revista Fuego de Pentecostés Nº 222 Año 1947

miércoles, 8 de febrero de 2012

Obedecer a Dios

Hechos 5:29

“Aconteció en aquellos días,  que Jesús vino de Nazaret de Galilea,  y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y luego,  cuando subía del agua,  vio abrirse los cielos,  y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado;  en ti tengo complacencia.” Marcos 1:9-11

En la vida obedecemos a un montón de personas, a nuestros padres, abuelos, tíos, a nuestros maestros, jefes de trabajo, a nuestro cónyuge, etc., también obedecemos a nuestras emociones, la ira, el temor, la alegría, etc.
Prácticamente obedecemos toda la vida en diferentes formas.  Seguramente hemos aprendido, que, no obedecer tiene consecuencias no favorables, sobre todo cuando fuimos niños.
También hemos aprendido que a veces obedecer, no tiene buenas consecuencias; esto es porque a las personas que obedecemos son humanos y se equivocan. O porque nos dejamos emocionar y luego nos arrepentimos.
Sin importar que creamos si obedecer es bueno o malo, invariablemente la mayoría de nosotros mismos, damos órdenes a otros, sobre todo a los hijos, familiares, o en el trabajo, etc. ¿Por qué? Porque entendemos de la importancia de obedecer, nos hace más humildes, es aceptar que no todo lo sabemos.
Pero cuando se trata de Dios, de nuestro creador, nos cuesta tanto trabajo obedecerlo. Incluso lo cuestionamos, ¿por qué tengo que perdonar?, ¿por qué tengo orar?, ¿por qué tengo que leer la Biblia?, ¿por qué debo ir a la iglesia? Irónicamente, le cuestionamos a Dios todo. Y digo irónicamente porque, Dios no falla, Él es perfecto, no tenemos porque dudar de su consejo, Dios no se equivoca.
Aprendamos de Jesús, Él no tenía porque bautizarse, a diferencia de nosotros, Él no tenía nada de qué arrepentirse, pero no cuestionó al Padre, no el dijo ¿por qué yo, si me he portado bien? ¿Qué he hecho para merecer esto? Jesús entendía perfectamente que obedecer la voluntad de su Padre era lo mejor. Entonces fue y se bautizó. Simplemente obedeció.
Podemos obedecer a quien queramos, a los hombres, a las emociones o a Dios.  ¿A quién quieres obedecer?
Amenazaron de meter a la cárcel a los discípulos de Jesús, para que no hablaran más acerca de la buena noticia de Dios. “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”

jueves, 2 de febrero de 2012

Los Tres Arboles de la Colina...

Isaias 55:8

Había tres árboles en una colina de un bosque, los tres hablaban acerca de sus sueños y esperanzas.

El primero dijo: "-Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos; todos verán mi belleza".

El segundo árbol dijo, "Algún día seré una poderosa embarcación. Llevare los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza, fuerza y mi poderoso casco"

Finalmente el tercer árbol dijo: " Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles en el bosque. La gente me vera en la cima de la colina, mirara mis poderosas ramas y pensaran en el Dios de los cielos, y cuan cerca estoy de alcanzarlo. Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordara"

Después de unos años de que los árboles oraban para que sus sueños se convirtieran en realidad, cuando un grupo de leñadores vino donde estaban los árboles.

Cuando uno vio al primer árbol dijo: "Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero", y comenzó a cortarlo… El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros.

El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: "Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al
carpintero del puerto"… El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse en una poderosa embarcación"

El ultimo leñador se acerco al tercer árbol; este estaba muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad.
El leñador dijo entonces: "No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomare este". Y corto al tercer árbol.

Cuando el primer árbol llego donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un portal y llenado con paja. Se sintió muy mal, pues eso no era por lo que tanto había orado.
El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes había llegado a su final.
El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega.

Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños esperanzas por las que tanto habían orado. Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al portal. Ella dio a luz un niño, y lo coloco en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebe, pero este cajón debería serlo. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia.

Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desato y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Los hombres despertaron al que dormía, este se levanto y dijo con voz potente:" ¡Calma! Quédate quieto!", y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado al Rey de Reyes y Señor de Señores.

Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomo al tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina. Cuando llego el domingo, el tercer árbol se dio cuenta de que el fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la Cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en el. Y desde ese momento, la gente siempre lo iba a recordar…

Al final:
Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para ti..
Si pones tu confianza en El, te dará grandes regalos a su tiempo. Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, solo que no en la forma en que pensaban. No siempre sabemos lo que Dios planea para
nosotros, solo sabemos que:

“…mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.”  (Isaias 55:8) 


Transmisión En Vivo
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